31/12/10

La vida de Brian (Pedazo de Cartel X)


Cartel Fin de Semana (y de año) Para ver el vídeo parar el MixPod

¿Al cartel de qué película pertenece este "pedazo de cartel"?

Tres pistas únicas:

Pista UNO: "No es un pájaro, no es un avión, no es un ovni, es..."
Pista DOS: "Este Gobierno me tiene entre ceja y ceja. ¡Que no soy yo!. ¡Qué cruz!"
Pista TRES: "Hala!, me hago separatista y me apunto al Frente Popular"

¡Feliz Año Nuevo!

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Enhorabuena a: Bertoff, Bruno, Cine Club Hexágno-Nájera, Crowley, Johnnybgood, Monique LaMer, MucipA, Ohoru, Ricard.

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Puntuación total semestre:

9 puntos: Ohuru. 7 puntos: David. 6 puntos: Cine Club Hexágono-Nájera, Pepe Cahiers. 5 puntos: Bertoff. 4 puntos: Crowley, Lughnasad, Ricard. 3 puntos: Anro, Athena, Cinexim, Licantropunk, Luis Cifer, MucipA. 2 puntos: 2 puntos, Anele, Johnnybgood, Mr. Lombreeze, Rick Blaine, Troyana. 1 punto: Antonio, Edu, Emilio Luna Fran G. Lara, Kinski, Lázaro, Ricardo Pérez, Monique LaMer, Webmaster, Yamete News, Yosonico.

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Oscar al mejor descubridor de carteles del segundo semestre de 2010 a:

Ohoru

Enhorabuena a todos y ¡Feliz año 2011!

30/12/10

En fuera de juego


Rodajes en Ciudad de la Luz: En fuera de juego

Hoy día 30 de diciembre, un día antes de que acabe el año 2010, en los estudios de cine Ciudad de la Luz se ha dado la última “vuelta de manivela” al rodaje de la película En fuera de juego.


Dirigida por el ibicenco David Marqués, esta comedia hispano argentina narra las peripecias de un representante de futbolistas español de medio pelo (Fernando Tejero) que busca el éxito a toda costa y por todos los medios.


Un día recibe la noticia de que nada menos que el Real Madrid está interesado por un chaval argentino, interpretado por Ricardo “El chino” Darín (sic), e intenta quitarle la representación del chico a su colega en Buenos Aires (Diego Peretti), futbolista frustrado por chocantes traumas infantiles.

Foto: Juan Carlos Soler

Tras una serie de divertidas peripecias, las circunstancias los obliga a compartir la representación del chaval y los dos inician una batalla plagada de giros, donde la picaresca, las mentiras y las sorpresas con las que cada uno adereza sus estrategias por hacerse con la exclusiva de la futura estrella del balón, acabarán cambiando sus vidas para siempre.


Photo by; Scotty

En el reparto actores de la talla de Pepe Sancho, Hugo Silva Patricia Montero, Laura Pamplona, Ricardo Darín (el genuino), Carolina Pereletti, Carlos Chamarro, Jordi Sánchez y Carmen Ruiz.


También hay diferentes cameos sorpresa de conocidas figuras del fútbol, entre los que se encuentra la intervención de Íker Casillas.


En fuera de juego es el cuarto largometraje de David Marqués, tras Cualquiera (2001), Aislados (2005) con las que consiguió diversos premios por diferentes festivales, y Desechos (2009), esta última aun pendiente de estreno, pero que cuenta con el aval de haber conseguido el premio del público en el festival de Málaga de este mismo año.


Foto: Juan carlos Soler

En fuera de juego es sin duda el espaldarazo de la industria al trabajo de este director independiente al que algunos han comparado con el Kevin Smith de Clerks, aunque En fuera de juego, a tenor de las imágenes que ha ofrecido hoy los medios de comunicación, tiene pinta de transitar por registros bastante más dinámicos.

28/12/10

Eleanor Parker

La pelirroja temperamental
Eleanor Parker fue durante dos décadas una de las actrices más brillantes y camaleónicas del cine americano, pues era capaz de pasar de un registro a otro en películas muy diferentes, a veces rodadas al unísono. Su apogeo y prestigio coincidió con los llamados años dorados del cine, los que corresponden a los años cuarenta y cincuenta.


Su carrera se alargaría diez años más con papeles de menor relevancia y en telefilmes y películas de escaso interés, aunque es en esa ultima etapa donde interviene en su película más comercial y una de las más exitosas de toda la historia del cine: nada menos que Sonrisas y lágrimas.


Sonrisas y lágrimas fue su espectacular “canto del cisne” a una trayectoria que ya estaba en franca decadencia y que, después de su emblemático papel de la aspirante a baronesa Von Trapp con el que volvió a la primera línea de la popularidad, no consiguió mantenerse en su inesperadamente recuperado primer plano.

Eleanor Parker nació en 1922 en Ohío, donde comenzó, como es habitual en la mayoría de los actores, interviniendo desde muy jovencita en obras de teatro universitario, amateur y ya a finales de los treinta como profesional. El cine llama a sus puertas en 1941 cuando Michael Curtiz la elige para un pequeño papel, casi testimonial, en la famosísima Murieron con las botas puestas.


Por desgracia, en la sala de montaje su papel fue eliminado y tuvo que esperar a que se fijaran en ella dos años después cuando intervino en una película de terror titulada el El misterioso doctor (su primera película estrenada en España), no sin antes haber intervenido,, con apariciones muy breves, en algunas películas del todo olvidables.


Durante los años siguientes interpreta una serie de películas que le dieron prestigio en su país, pero que, por su escasa repercusión comercial, no llegaron a España, aunque sí llegó a hacerlo uno de esos trabajos. El príncipe de los marines, un melodrama bélico que aquí pasó bastante desapercibido.

Por lo tanto, para el publico español Eleanor Parker irrumpe clamorosamente nada menos que con tres películas de éxito en un mismo año: Tres secretos, Una llamada en el espacio y Sin remisión.

En esta película fue nominada por primera vez al Oscar a la mejor actriz principal. En ella, Eleanor era una joven y dulce convicta que se torna agresiva ante las injusticias del sistema carcelario y se crea problemas en la prisión de mujeres donde cumple condena.


Es el comienzo de la etapa más importante de su carrera, la de los años cincuenta, en la que interpretó papeles de diversa índole, demostrando que podía ser una gran actriz además de una bellísima mujer de turbadora presencia.


En 1951, interviene en el desgarrador drama policial Brigada 21 (nueva nominación al Oscar), una de las películas de más prestigio del gran William Wyler, donde interpreta a la esposa de un comisario, con un aparentemente intachable modelo de vida pero cuyo personaje esconde en la trastienda secretos que se guarda muy bien de confesar.


Su belleza y su espectacular melena color de fuego, cualidades de la que ella no quería hacer bandera para no encasillarse, la obliga a interpretar a aventureras o a mujeres de fuerte carácter en la que su poderío físico requería imprescindible protagonismo.


Así, en el 52, interviene en la espectacular traslación a la pantalla de la novela de Rafael Sabatini Scaramouche, rivalizando en amores con la no menos espectacular rubia platino Janet Leigh. Era un filme de capa y espada a la mayor gloria y lucimiento de la estrella de la Metro, Sewart Granger. Ella destacó sin demasiado esfuerzo, pese a que su papel era de menor importancia que el de la Leigh.

En el 54 interpreta junto a William Holden el western Fort Bravo y, junto a Charlton Heston, uno de los mayores éxitos de toda su carrera y de toda la historia del cine: Cuando ruge la marabunta. La película fue toda una sensación en España donde no pasó desapercibida la intensa carga sexual que desprendía la pareja protagonista.


Sus enfrentamientos verbales, de soterrado erotismo contenido, y las miradas rayanas entre el rechazo y la lascivia que se intercambiaban los protagonistas en todas y cada una de las escenas juntos, encendían a un público acostumbrado a que la censura le escatimara el menor atisbo de erotismo en las películas que le dejaban ver.


Más cuando el argumento trataba de una aventurera que se casa por poderes con un rico hacendado residente en África y los encuentros, que no llagaban a materializarse en lo sexual debido al enfrentamiento de caracteres, hacían volar la imaginación de los espectadores acostumbrados a que les cortaran las escenas en las que se sugiriera la más mínima concesión a a la sexualidad explícita. Al fin y al cabo eran marido y mujer...


Cuando ruge la marabunta repitió lo ocurrido años antes con Gilda y el público deliró con lo que suponía que la censura había cortado. No había más de lo que la película mostraba, pero los mojigatos censores del Régimen sólo parecían estar atentos a los escotes y a los contactos carnales olvidándose de ese otro erotismo que, casi siempre, suele ser más perturbador que el que muestra la mera exposición de la carne..


La década de los cincuenta es pródiga en buenas películas, de las que vamos a destacar Melodía interrumpida, de Curtis Bernadt (nueva nominación al Oscar), Un rey para cuatro reinas, de Raoul Walsh, un western interpretado por el rey Clark Gable, ya bastante madurito, y de nuevo, otros dos éxitos descomunales. Uno, El hombre del brazo de oro, de Otto Preminger, junto a un Frank Sinatra adicto a toda clase de estupefacientes.


El otro fue el melodrama generacional Con él llegó el escándalo, en el que era una orgullosa hacendada que tiene que aguantar las descaradas infidelidades de su tetosterónico marido, Robert Mitchum, y los enfrentamientos de este con sus dos hijos, George Peppard, un hijo bastardo que, pese a que mantiene apartado de la mansión familiar, es su preferido, y George Hamilton el hijo legítimo, al que rechaza por sus excesiva “sensibilidad”. Estamos en el año 1959 y en el comienzo del declive de la carrera de Eleanor.


Como ya hemos dicho, hasta 1965 no se le presenta una nueva y espectacular oportunidad de reavivar su languideciente carrera con la oscarizada y taquillera Sonrisas y lágrimas, pero después de ésta película no hay mucho de donde sacar punta a su nueva etapa.. Si acaso, citar El Oscar, de Mark Robson (1966), y Homicidio Justificado, de Buzz Kulik (1967). En 1969 se despide del cine tras intentar sin resultados un nuevo resurgir en una película de suspense, La gata en la terraza.

Diez años después haría una nueva aparición en Sol ardiente, de Richard C. Serafian, vulgar film de acción y erotismo a mayor gloria de Farrah Fawcett Majors. y donde intervenía también otra gloria en decadencia, Joan Collins.


En la actualidad vive su vejez ajena a toda relación con el mundo del espectáculo, rehuyendo ser fotografiada y negándose a toda entrevista. Pero ahí están sus películas para recordarnos que fue una gran belleza y una gran actriz nominada tres veces al Oscar por Sin remisión (1950), Brigada 21 (1951) y Melodía interrumpida (1955)

25/12/10

La aventura del Poseidon (Pedazo e Cartel IX)


  1. Cartel Fin de Semana.
  2. ¿Al cartel de qué película pertenece este "pedazo e cartel"?
  3. Feliz Navidad a todos y Pedazo de Cartel, con algo de retraso, por motivos ajenos a mi voluntad... y a las idas y venidas propias de estas fechas. Para compensar, la solución la ponemos el lunes por la mañana.
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Enhoraabuena a: Athena, Anro, Bertoff, Cine Club Hexágono-Nájera, David, Lughnasad, Luis Cifer, MucipA, Ohoru, Pepe Cahiers, Kinski, Ricard, Rick Blaine, Troyana.

Advertencia: Cuidado con irse de crucero la próxima Nochevieja.

Para ver el vídeo, parar el MIxPod.


22/12/10

La mujer marcada/Una mujer marcada


Cine Nostalgia: Fatídico visón

Butterfield 8 es una película que tuvo un gran éxito a principios de las sesenta gracias a que Liz Taylor lucía en ella una belleza y una seducción que ya no logró superar en ninguna otra película. Además, el tema para aquellos años resultaba sumamente escabroso.

En España se tituló Una mujer marcada o La mujer marcada (no confundir con la película de Michael Curtiz del año 1937, interpretada por Bette Davis) pues de las dos formas podía leerse en según qué carteles.

El título español incide, como era habitual en esos años en España, en estigmatizar a la protagonista dada su profesión, prostituta de lujo, cuyo centro de trabajo es el domicilio que al que se refiere el título original, Butterfiel 8.

Liz Taylor es aquí una prostituta de lujo que, en un ataque de dignidad motivado por el amor que le inspira un cliente “fijo”, quiere dejar de cobrarle sus encuentros.
Él está casado, en muy buena posición social, y no está dispuesto a que la relación deje de ser otra cosa que una transacción comercial.

Cuando, ya dispuesta a redimirse, tratar de conseguirlo, y comenzar una nueva vida de mujer honesta, la esposa de él desbarata sus planes.

La pobre, no pude soportar perderlo y ser humillada, sufre lo indecible y todo acaba en tragedia.

Y todo se lía por un fatídico abrigo de visón que pertenece a su rival y que, tras una serie de fatales equívocos acaba luciendo ella misma.

De fulana a ladrona, cuando lo único que es, es una pobre muchachita pobre a la que su belleza y los hombres la han marcado con un adjetivo del que desea desprenderse.

En esos años, la que se dedicaba al oficio más viejo del mundo no tenía posibilidad de redención, al menos en el cine, por mucho que se esfuerce en ser “otra”, el destino es seguir siendo la que es, o la tragedia.

Butterfield 8 era artísticamente mediocre, moralista y panfletaria, pero la Taylor embelesó no sólo a las plateas sino que los miembros de la Academia del Cine la votaron en masa y le concedieron por este trabajo el Oscar a la mejor actriz de 1960.

Un Oscar que parece más concedido a su exultante belleza, realmente deslumbrante. Una Liz Taylor en pleno apogeo físico luciendo un estilo y un look directamente copiado de su reciente éxito de dos años antes, La gata sobre el tejado de zinc.

Butterfield 8 fue un éxito descomunal gracias a su presencia en la película, un trabajo que aceptó con la condición de que en ella tenía que trabajar su entonces marido Eddie Fisher, el papá de la que después sería la princesa Leia de La guerra de las galaxias, Carrie Fisher.

La Taylor, que por entonces se podía permitir lo que se propusiera, le había quitado el marido a Debbie Reynolds que desde entonces habló pestes de ella y la odió a muerte.

Y, total, para lo que le duró el marido… Después llegaría Richard Burton con y las tormentosas relaciones de ambos, que escandalizaron al mundo.

Años después Liz Taylor conseguiría otro Oscar, esta vez menos cuestionable, por su papel en ¿Quién teme a Virginia Woolf? Sobre una aparatosa obra teatral de Edward Albee, interpretada junto a, otra vez, su marido en la vida real, “el marido” por antonomasia, Richard Burton.

Pongo carteles, fotos y vídeo de Una mujer marcada, La mujer marcada, o Butterfield 8, como prefiramos. Aunque en Francia y en Italia la titularon La Venus del visón. Muy originales no fueron…

Para ver el vídeo, parar el MixPod.